TALLER DE LITERATURA FANTÁSITCA

viernes, 20 de febrero de 2015

Sorta - Ciudad Diamantina - Andrés Paredes

Realidad: 55% Magia 40% Ciencia Ficción: 5%



El universo de mi novela Ciudad Diamantina, será el primer ejemplo que analizaremos sobre la combinación de la fantasía y la ciencia ficción. Este concepto es ideal para romper el paradigma de que la espiritualidad y la ciencia son dos ejes incompatibles. 

La mayoría de historias que hemos analizado, sitúan a la magia en un contexto donde la tecnología futurista está muy lejos de aparecer. De igual manera se refieren a la magia como un arte ancestral que ha ido desapareciendo con el tiempo, por este razonamiento es que llegamos a la conclusión de que el desarrollo de la ciencia invalida los saberes ancestrales, o que el desarrollo de la magia deja obsoleta a la tecnología. Esto es común cuando los mundos que creamos son únicos, y estamos obligados a perseguir una sola forma de evolución tanto de la magia como de la ciencia. Pero, ¿qué sucede cuando creamos multiuniversos? 

Cuando nos atrevemos a escribir sobre las diferentes dimensiones de un mismo universo, abrimos una serie de posibilidades, pues no estaremos limitados a seguir el desarrollo de una sola línea de tiempo. En el caso de Ciudad Diamantina, podemos explorar dos mundos que han evolucionado de diferente manera. Sorta, un mundo donde la máquina de vapor y la industria fue desplazada por la llegada de la magia y Bérbelllon, un mundo carente de tecnología pero completamente familiarizado con la hechicería y las criaturas mágicas. 

En este contexto la novela desarrolla su trama, su eje fundamental es la búsqueda de la paz. En sus páginas nos encontraremos con bestias mágicas, hechiceros, portales dimensionales, ciudades andantes, y con un lado de la magia que está estrechamente vinculado con las emociones humanas. Además, nos encontramos con un elemento disonante dentro del contexto mencionado: un ejército de soldados equipados con armamento muy sofisticado, rifles de precisión, metrallas, cápsulas explosivas, radares digitales, son una serie de indicios que nos hacen sospechar que detrás de esas puertas interplanares se esconden mundos tecnológicos que están explorando otras dimensiones.

Los multiuniversos permiten la interacción de diferentes líneas de desarrollo en un mismo espacio-tiempo. Debemos hacerlo con mucha mesura, pues contener demasiadas realidades puede hacer que la lectura sea difícil de digerir. 

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